viernes, 30 de marzo de 2012

CONCEPTO DE RESILIENCIA

La resiliencia es un proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad. 
Luthar (2000)

La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles 
Vanistendael (1994)

La resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e intra-psíquicos que posibilitan tener una vida «sana» en un medio insano. Estos procesos se realizan a través del tiempo, dando afortunadas combinaciones entre los atributos del niño y su ambiente familiar, social y cultural.
Rutter (1992)

Habilidad para resurgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva 
Institute on Child Resilience and Family (1994)

Concepto genérico que se refiere a una amplia gama de factores de riesgo y su relación con los resultados de la competencia. Puede ser producto de una conjunción entre los factores ambientales y el temperamento, y un tipo de habilidad cognitiva que tienen algunos niños aun cuando sean muy pequeños
Osborn (1996)

Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformados por ellas.
Grotberg (1995)

 La resiliencia significa una combinación de factores que permiten a un niño, a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida, y construir sobre ellos.
Suarez. Ojeda (1995)

La resiliencia es una respuesta global en la que se ponen en juego los mecanismos de protección, entendiendo por estos no la valencia contraria a los factores de riesgo, sino aquella dinámica que permite al individuo salir fortalecido de la adversidad, en cada situación especifica y respetando las características personales
Infante (1997)

jueves, 29 de marzo de 2012

CARACTERÍSTICAS DEL MODELO DEL DESARROLLO POSITIVO ADOLESCENTE

 
  • Este enfoque considera a jóvenes y adolescentes como recursos a desarrollar más que como problemas a solucionar.
  • Enfatiza las potencialidades más que las supuestas carencias de los y las adolescentes, incluso de los más desfavorecidos y vulnerables. 
  • Parte de una visión de los y las jóvenes como personas deseosas de explorar el mundo, que van ganando en competencias y que adquieren la capacidad para hacer su contribución al mundo en el que viven.
  • Persigue el objetivo de comprender, educar e implicar a la juventud en actividades productivas y significativas, en lugar de ocuparse de corregir, curar o tratar sus conductas problema.
  • Considera que la ausencia de problemas no garantiza un desarrollo saludable y una preparación para la adultez.
  • El desarrollo de las competencias personales es un factor de protección que hace a chicos y chicas más resistentes y previene el surgimiento  de problemas de ajuste psicológico y comportamental.

Fuente: LA PROMOCIÓN DEL DESARROLLO ADOLESCENTE: RECURSOS Y ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
Autoría: Alfredo Oliva Delgado, Ángel Hernando Gómez, Águeda Parra Jiménez, Miguel Ángel Pertegal Vega, Moisés Ríos Bermúdez, Lucía Antolín Suárez.
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Sevilla
Universidad de Huelva
Coordinación: Irene Fuentes Caro (Servicio de Promoción de la Salud. Consejería de Salud).

CONSECUENCIAS DE LA IMÁGEN NEGATIVA DE LA ADOLESCENCIA



  • Aumento de las medidas coercitivas y de la restricción de libertades individuales.
  • Intenso prejuicio social hacia la juventud que dificulta las relaciones entre adultos y adolescentes. 
  • Menor sensibilización hacia las necesidades de los chicos y las chicas.    
Fuente: LA PROMOCIÓN DEL DESARROLLO ADOLESCENTE: RECURSOS Y ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
Autoría:
Alfredo Oliva Delgado, Ángel Hernando Gómez, Águeda Parra Jiménez, Miguel Ángel Pertegal Vega, Moisés Ríos Bermúdez, Lucía Antolín Suárez.
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Sevilla 
Universidad de Huelva
Coordinación: Irene Fuentes Caro (Servicio de Promoción de la Salud. Consejería de Salud).


¿Sobre qué modelos sustentamos nuestras intervenciones los educadores y educadoras sociales? ¿Desde qué perspectiva consideramos a los destinatarios/as en general y especialmente a jóvenes y adolescentes a la hora de intervenir? ¿Jóvenes y adolescentes cómo recursos a desarrollar o cómo problemas a resolver?


Del Riesgo A La Resiliencia: Un Cambio De Enfoque

A lo largo del tiempo la recurrencia a definir negativamente a la adolescencia como periodo de conflictos y dificultades generalizadas ha propiciado el desarrollo e implementación de programas dirigidos a prevenir y reducir comportamientos de riesgo, preponderando un modelo de atención a la salud adolescente centrado en el déficit y en los factores de riesgo

Este modelo, focaliza el interés en identificar los problemas y desajustes del sujeto (patologías, síntomas), lo que contribuye a crear una sensación de desaliento respecto de los jóvenes. Incluso se ha llegado a pensar que los riesgos generalizados en sus vidas, son causa determinante y suficiente para  sufrir consecuencias negativas e irreversibles a nivel psicológico y comportamental.
  
Tras estas valoraciones, este enfoque lleva a  considerar como saludables a aquellos menores que no presentan conductas negativas o problemáticas, es decir, que no  consumen drogas o alcohol, no son absentistas, no se implican en sexo sin protección ni en actividades criminales o antisociales.

Sin embargo, los expertos consideran que la ausencia de  factores de riesgo no garantiza la promoción de la competencia del sujeto, y que una adolescencia saludable y una adecuada transición a la adultez va más allá que la evitación de comportamientos violentos o inadecuados, pues  precisan de la adquisición de una serie de logros evolutivos por parte de las y los  jóvenes

Una nueva perspectiva basada en las fortalezas, centrada en la competencia y el desarrollo positivo acercan la posibilidad de intervenir, no sólo de cara a la prevención y reducción de conductas problemáticas, sino también para la promoción de conductas positivas.

Es preciso entender que este nuevo enfoque no se opone al modelo del déficit, sino que lo complementa y enriquece, evitando así una mirada sesgada. 

"Observar a los adolescentes a través de la lente del déficit obscurece el reconocimiento de sus capacidades y fortalezas". Bernard (1999)

La perspectiva centrada en las fortalezas ve al individuo como una persona que rebosa de potencial, más allá de sus antecedentes, historia personal, género o clase social, puesto que todo individuo tiene una capacidad para la resiliencia que debe ser reconocida(Bernard, 1991)

Según Rirkin y Hoopman (1991) La resiliencia puede definirse como la capacidad de recuperarse, sobreponerse y adaptarse con éxito frente a la adversidad, y de desarrollar competencia social, académica y vocacional pese a estar expuesto a un estrés grave o simplemente a las tensiones inherentes al mundo de hoy”.

La investigación sobre la resiliencia ofrece una perspectiva más esperanzadora y optimista  basada en pruebas científicas que demuestran que muchos, si no la mayoría, de quienes experimentan estrés, trauma y "riesgos" en su vida pueden sobreponerse a los mismos. Por ello, alienta a los educadores y educadoras a centrarse más en los puntos fuertes “en lo que va bien en la vida del sujeto” que en los déficits “lo que va mal”, es decir, invita a  analizar en busca de signos de resiliencia con la misma minuciosidad con que se procura detectar problemas y déficits.

 La perspectiva centrada en las fortalezas acepta y reconoce la resiliencia de las personas, sus capacidades para soportar condiciones de penuria extrema y para sobrevivir a problemas aparentemente insuperables” (Gray, 2000)

Fomentar la resiliencia es uno de los objetivos para el Desarrollo positivo  Adolescente porque conlleva la adquisición de habilidades, conductas y competencias necesarias para tener éxito en la vida social, académica y profesional  a través de  acciones que se encaminan a aumentar las fortalezas individuales (su sentido de identidad o su competencia social), de la familia (la comunicación y el apoyo parental) y de la comunidad (entorno escolar afectuoso y seguro).

Quién soy

Blog de prácticas de la Asignatura TIC y Educación Social. Estudiante Marcela Claudia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.